En una escena sin precedentes para la historia financiera y política de los Estados Unidos, el presidente Donald Trump organizó el pasado 22 de mayo una cena privada con los principales inversores de la criptomoneda $TRUMP, en su exclusivo Trump National Golf Club en Sterling, Virginia. El evento, en apariencia una celebración, ha desatado una tormenta de críticas éticas, legales y regulatorias por la delgada línea entre intereses personales, política pública y mercado cripto.
¿Qué es el $TRUMP coin?
Lanzada en enero de 2025, $TRUMP es una criptomoneda tipo meme con el rostro del presidente y el lema “Make Crypto Great Again”. Su aparición generó un furor especulativo: en menos de 24 horas superó los USD 5 mil millones en capitalización, alimentado por la narrativa populista y el respaldo de seguidores fieles del expresidente.
Sin embargo, el proyecto carece de libros blancos formales, auditorías externas o claridad sobre la estructura de emisión y gobernanza. La blockchain sobre la que corre no ha sido revelada oficialmente, y según reportes de Cointelegraph y Forbes, un 42% de los tokens están en manos de entidades vinculadas a Trump Media & Technology Group, lo que despierta alertas sobre concentración de poder y posibles manipulaciones.
La cena de los 220
La cena exclusiva del 22 de mayo reunió a los principales 220 tenedores de $TRUMP, todos ellos seleccionados con base en su inversión en el token. Los 25 inversores más importantes, incluyendo nombres de fondos cripto, millonarios asiáticos y celebridades de TikTok, accedieron a una recepción privada con Trump, quien según asistentes, elogió el poder transformador de las criptomonedas y aseguró que “el futuro financiero de América también es digital”.
El evento fue cuidadosamente producido, con ambientación patriótica, merchandising oficial y discursos grabados. Estimaciones de Reuters indican que la cena generó cerca de USD 148 millones en contribuciones directas al ecosistema del token.
Acusaciones de corrupción y uso indebido de símbolos oficiales
La reacción institucional no se hizo esperar. Varios senadores demócratas y republicanos moderados han solicitado una investigación ética formal, al considerar que el evento representa una posible:
- Monetización directa del acceso al presidente de EE. UU.
- Utilización del sello presidencial en productos promocionales, lo que violaría la Sección 713 del Código de EE. UU.
- Conflicto de interés al vincular una criptomoneda privada con un mandatario en funciones.
La Oficina de Ética Gubernamental (OGE) aún no se ha pronunciado oficialmente, pero medios como Bloomberg señalan que existe una investigación preliminar.
Además, el Departamento del Tesoro evalúa si $TRUMP debe clasificarse como valores (securities), lo que implicaría obligaciones legales adicionales bajo la SEC.
Riesgos para los inversores y el ecosistema
Desde ABBI advertimos que la naturaleza especulativa y no regulada del $TRUMP coin expone a los inversores a múltiples riesgos:
- Alta volatilidad y manipulación de mercado
- Falta de transparencia en los movimientos de billeteras asociadas al equipo promotor
- Ausencia de contratos auditados, roadmap técnico y garantías de liquidez real
El caso también daña la percepción pública sobre el uso legítimo de las criptomonedas, al asociarlas con intereses políticos, promesas vacías y operaciones de marketing más que con innovación tecnológica.
¿Qué dice esto sobre la necesidad de regulación?
El caso del $TRUMP no es aislado. Cada vez más figuras públicas lanzan tokens con fines de monetización y construcción de marca personal, sin cumplir normas financieras básicas. Esto exige:
- Un marco internacional de transparencia para criptoactivos vinculados a figuras públicas.
- Normas claras de conflicto de interés y prohibición de instrumentos financieros ligados a funcionarios en funciones.
- Capacitación urgente para legisladores y supervisores sobre criptomercados y gobernanza en blockchain.