El ecosistema financiero global está siendo testigo de un momento clave: el Senado de los Estados Unidos aprobó recientemente la esperada Ley GENIUS, un proyecto legislativo que establece el primer marco jurídico federal integral para la emisión y regulación de stablecoins en el país.
Con 66 votos a favor y 32 en contra, el Congreso ha enviado un mensaje contundente: las monedas estables ya no son un experimento financiero al margen del sistema tradicional, sino una pieza estratégica para la economía digital del futuro. En ABBI analizamos en profundidad qué implica este avance, qué oportunidades abre y qué riesgos aún deben considerarse.
¿Qué es la Ley GENIUS?
La Guiding and Establishing National Innovation for U.S. Stablecoins Act, o Ley GENIUS, propone establecer reglas claras para las criptomonedas que mantienen paridad con activos fiat, principalmente el dólar. Estas monedas estables (como USDC, USDT o las nuevas emitidas por entidades privadas reguladas) representan ya más de USD 150 mil millones en circulación global, y su uso crece tanto en pagos, como en plataformas DeFi y remesas.
La Ley GENIUS tiene cinco pilares clave:
- Respaldo 100% en activos líquidos
Todo emisor deberá garantizar la paridad 1:1 con reservas auditables en efectivo o bonos del Tesoro estadounidense de corto plazo. - Auditorías y transparencia obligatoria
Emisores con más de USD 50 mil millones en circulación deberán someterse a auditorías públicas anuales por entidades independientes. - Cumplimiento de normas AML/CFT
Se exige el cumplimiento pleno de las normas contra el lavado de activos y el financiamiento del terrorismo, alineándose con recomendaciones del GAFI. - Limitaciones a big techs
Se prohíbe que empresas tecnológicas emitan stablecoins sin consentimiento informado de sus usuarios y sin licencia específica del Tesoro. - Protección al consumidor
Se refuerzan las obligaciones sobre divulgación de riesgos, mecanismos de reembolso y liquidez inmediata en caso de redención.
Un debate político y económico con implicaciones globales
Si bien la propuesta ha recibido un inusual respaldo bipartidista, no ha estado exenta de controversias. Algunos senadores demócratas expresaron preocupación por posibles conflictos de interés en la emisión de la stablecoin USD1, vinculada a World Liberty Financial, empresa que presuntamente mantiene lazos con figuras del entorno del expresidente Trump.
Además, organizaciones civiles han pedido un mayor enfoque en la inclusión financiera y protección de pequeños usuarios, especialmente en contextos de uso como remesas y micropagos.
Por otro lado, la Administración Trump ha dejado claro su respaldo a la ley, señalando que la regulación de stablecoins es esencial para mantener el liderazgo del dólar en la economía digital global y evitar que naciones rivales desarrollen estándares alternativos.
¿Qué significa esto para el mundo financiero?
Desde ABBI, consideramos que este paso no solo transformará el ecosistema cripto estadounidense, sino que generará efectos dominó en América Latina, Europa y Asia. Entre los impactos proyectados:
- Mayor legitimidad institucional para stablecoins
Se espera que bancos, aseguradoras, fondos de inversión y hasta gobiernos comiencen a explorar su uso regulado para pagos, compensaciones y contratos inteligentes. - Consolidación del dólar como estándar digital
La emisión de stablecoins respaldadas y auditadas con base en el dólar podría desplazar a versiones menos confiables o no reguladas en mercados emergentes. - Innovación acelerada en infraestructura de pagos
Los sistemas financieros podrán integrar estas monedas en sus canales tradicionales (como ACH o SWIFT) a través de APIs seguras y cumplimiento programable. - Mayor presión sobre reguladores internacionales
Organismos como el FMI, el BIS y la Unión Europea deberán acelerar sus propias propuestas para evitar una fragmentación regulatoria global.
¿Y América Latina?
La región se encuentra en una encrucijada. Muchos países, entre ellos México, Argentina, Colombia y Brasil, ya han visto un aumento en el uso de stablecoins como herramientas para evitar la volatilidad monetaria, enviar remesas o preservar valor.